En los medios sensacionalistas y aun en ciertos corrillos pseudo psicológicos, se suele mencionar la fiebre de la cabaña. Es una expresión popular, no necesariamente un término médico. ¿Y eso qué es? Antes de tratar de desarrollar el concepto, advertir que no es una enfermedad en sí misma y no tiene un pronóstico.
Como no es un diagnóstico específico sino una cantidad de síntomas, es factible que no haya demasiada bibliografía disponible.
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Buscando explicaciones
Hoy vamos a hablar de estar atrapado en el interior de alguna realidad física durante un largo período de tiempo. A veces nos quedamos atrapados en espacios cerrados con otros y no podemos salir a lugares habituales, como restaurantes, cines y eventos deportivos. Puede ser una reacción claustrofóbica.
En ocasiones, estas restricciones se nos imponen. Tenemos pocas opciones al respecto. Las personas en esta situación pueden desarrollar “fiebre de cabina”. Todos hemos pasado por eso: esa sensación de irritabilidad e inquietud cuando estamos encerrados en espacios pequeños.
¿A quienes afecta?
Exploradores, ganaderos, astronautas: todos son propensos a la fiebre de cabina. Bueno, y en tiempos de pandemia, todo el resto de mortales que debíamos estar recluidos y en aislamiento social debido a las particulares condiciones que nos tocó vivir.
Afecta muy fuerte a las personas muy extrovertidas y que no están habituadas a estar recluidos o encerrados durante largas temporadas. A los demás mortales al final, también termina por afectarnos en mayor o menor medida.
El origen de la fiebre de cabaña o de la cabina
El término posiblemente se originó en los Estados Unidos en el momento en que a los colonos les nevaba en sus cabañas de troncos y tenían que esperar el deshielo primaveral para viajar a la ciudad.
Otra posible fuente de esta frase podría ser que durante un brote de alguna enfermedad, las personas que tenían fiebre tifoidea fueron confinadas a una cabaña como cuarentena.
Lo más probable es que la frase se asocie con los barcos de vela que cruzan el océano en los que los pasajeros tuvieron que soportar semanas y meses de viaje lento mientras vivían en cabinas estrechas debajo de la cubierta.
Algunos síntomas notables
Estos incluyen irritabilidad, inquietud, aburrimiento, somnolencia excesiva o dificultad para despertar (o siestas frecuentes) y una sensación de insatisfacción, disminución de la motivación y dificultad para concentrarse.
Estos sentimientos pueden parecer relativamente inocuos, pero pueden llevar a los humanos a actuar de manera aterradora.
¿Qué lo causa?
Lo que parece inducir la fiebre de la cabina es el aislamiento, ya sea que una persona esté completamente sola o atrapada con un pequeño grupo de personas, como una familia. También parece empeorar cuando todos los que están abandonados en el edificio con usted tienen que seguir una rutina específica.
Algunos tips para prevenirla o combatirla
Hay que fomentar la creatividad. Es claro que necesitamos rutinas sin las cuales nuestro proceso de vida tradicional se ve amenazado. Pero dentro del orden cotidiano tenemos que ser recursivos.
Algunos ejemplos
Comer a horas regulares y preferiblemente comida balanceada, no solo a nivel colores sino de nutrientes.
Hacer ejercicio, no solo para mantener nuestros músculos y huesos en forma, sino para canalizar el estrés, oxigenar la sangre y el cerebro, generar endorfinas y de forma indirecta, mejorar nuestros hábitos de sueño. El ejercicio físico habitual reduce las hormonas del estrés, como el cortisol.
Dormir al menos 8 horas al día. En serio. No es una broma, esto hace falta, así haya mucho por hacer, por aprender o por mejorar. Es el descanso el que refuerza nuestros aprendizajes, el que hace que todo fluya de forma natural. Y que tenga horarios, el cuerpo pide este tipo de rutinas.
Salir de casa, tomar el sol un poco para tratar de resetear nuestros ciclos naturales, que vuelvan a la normalidad, algo que se puede ver limitado en el encierro.
Pase tiempo en la naturaleza; la madre tierra cura todas las heridas y restaura nuestros ritmos. Consienta a sus mascotas, practique jardinería, escuche a los pájaros, son algunas estrategias útiles en este caso.
Aprenda una nueva actividad
La novedad es opuesta al aburrimiento. Use las conexiones Si por causas ajenas a nuestra voluntad no podemos establecer conexiones reales, hagámoslas virtuales.
Planificar una hora feliz, para hablar con sus seres queridos o sus amigos, sea por teléfono o videoconferencia. Realizar cosas que previamente hayamos pospuesto.
Leer un libro o realizar cualquier actividad creativa como llenar crucigramas, sudoku, ajedrez, billar, sopa de letras, etc. Mantener la mente ocupada y comprometida es una gran terapia: pintar un cuadro, dibujar a lápiz, reorganizar la habitación, etc.
Hacer planes.
Leer también: Algunos contratiempos del trabajo remoto, desventajas ; qué es el bloqueo mental, por qué sucede; ¿Qué es el trabajo remoto? Beneficios o ventajas
Consultor y escritor sobre Marketing online, Social media y temas Geek en general. Comprometido con HostDime en los portales de habla hispana.
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